SOR MA. SANTINA FUMAGALLI
Cinco años de haberse fundado nuestra primera comunidad en Venezuela, llega, proveniente de Colombia, sor Ma. Santina Fumagalli, con treinta años de edad, y un año de haber hecho la Profesión Perpetua.
Supo tomar para sí las palabras del Fundador: “Acompañarán al Sacerdote hasta el Sacrificio y compartirán con él el pan eucarístico. Rezarán para obtener el Sacerdote, lo acompañarán en la enfermedad, lo seguirán hasta después de la muerte, hasta que se encuentren con él en el cielo, en el eterno Tabernáculo” (APD 1947,439)
Ella misma nos cuenta: “Con el don de la admisión a la Profesión perpetua recibí la destinación para América Latina.
Después de una breve estadía en Colombia, me llegó la destinación para Venezuela. Llegué a Caracas el 12 de Julio de 1968, 70º cumpleaños de Madre M. Escolástica. Se me asignó el encargo de acompañar a las aspirantes y el taller de costura. Habitábamos en una pequeña casa provisional. La primacía y primer Apostolado fue la Adoración Eucarística con participación de personas externas. Se conservaba un clima de mucho silencio. Se daba catecismo en una escuelita de campo, preparaban niños para la primera Comunión. Lo que más me asombró era el encanto de la naturaleza, variedad de plantas, frutas exquisitas, flores estupendas, la gente afable y generosa que como primer saludo era y es: “Que Dios la bendiga”.
Mi primera visita en Italia fue en el 1973, donde participé a un curso de Ejercicios Espirituales en Roma. Madre Maestra, Superiora General, me escribió en la libreta personal: “Vuelve con confianza en esta tierra que tienes que amar como una segunda patria, teniendo presente que nuestra patria es el Cielo”
En 1979, iniciamos nuestro servicio en la Nunciatura Apostólica, donde me quedé el primer año. Tuvimos la visita del Santo Padre, Juan Pablo II con gran júbilo y alegría. El 4 de abril de 1984, cumpleaños de nuestro Fundador, Padre Santiago Alberione, inauguramos el nuevo local del Centro de Apostolado Litúrgico con Capilla abierta a los laicos y exposición del Santísimo. Está ubicado en el centro de la gran capital, Caracas. Se favorecen también talleres de formación según la misión y espiritualidad, para actualizarse y responder a las exigencias de la Iglesia local. Colaboré los primeros 3 años. Del 1992 al 1995, ejercí en modo directo mi servicio sacerdotal en la comunidad de la sociedad San Pablo de El Hatillo. Fue una experiencia hermosa donde vi crecer a jóvenes en el carisma Paulino. En 1995 asumimos la apertura con la administración ordinaria, en la Casa Sacerdotal de la Arquidiócesis de Caracas, particularmente para Sacerdotes ancianos. “Valiente iniciativa”, dijo Madre Ma. Tecla, Superiora General. Permanecí 10 años en este servicio apostólico.
En 2005 fui transferida a Barquisimeto. Llamada la “ciudad de los crepúsculos”. Nuestro ministerio: La Adoración Eucarística, preparación a la primera Comunión, particularmente donde no llega el Sacerdote. La labor vocacional fue fatigosa, pero se logró, gracias a la unión de Hermanas valerosas provenientes de Colombia, México, Brasil, Italia y hasta de Japón”.
Sor Ma. Santina, partió a la Casa del Padre en Cinisello Balsamo el 03 de marzo de 2020. Compartí con ella en varias oportunidades como Hermanas de una misma Comunidad, en El Hatillo, Caracas y Barquisimeto. Esta última ciudad la amó mucho y le encantaban sus atardeceres. Su celo por los sacerdotes era de admirar y poseía un talento especial en la confección de los ornamentos. Realmente hizo de Venezuela, su segunda patria.