Hna. M. Gervasina Potenza
Raffaela Potenza nació en Italia el 15 de noviembre de 1933 en Rocca di Neto un pueblo en la provincia de Catanzaro en la región de Calabria, es decir, la región más meridional de la península Italiana. A la edad de 16 años, el 18 de julio de 1949, entró en la Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro en Roma. Diez años después cumplió su gran sueño de “ser misionera”, fue enviada a Brasil de 1960 a 1985 y sucesivamente fue a Chile, donde permaneció hasta su muerte, en 2022…
De Hna. Gervasina, nos dan testimonio tanto las hermanas brasileñas como las chilenas:
Brasil (1960-1985)
En 1959 Hna. María Gervasina Potenza recibió de la superiora general: Madre Lucía Ricci, la invitación a ser misionera en Brasil. Testificó que este deseo suyo estaba latente desde su decisión de seguir a Jesús Maestro en la Vida Consagrada.
A principios de 1960 llegó a San Pablo, en la esperanzada comunidad de las hermanas y de las primeras jóvenes en formación. A su llegada hubo un solemne momento de acogida fraterna vivido en capilla con el canto del Magnificat, rito tradicional que se repetía cada vez que llegaban nuevas vocaciones. La alabanza con esta discípula fue muy animada porque ella misma irradiaba alegría, pureza y sencillez, su sonrisa juvenil era permanente, ¡estaba feliz de realizar su sueño misionero!
Nuestra querida hermana se integró pronto en nuestra sociedad, en nuestra cultura y aprendió pronto la lengua brasileña; con su modo alegre, comunicativo y entusiasta en las iniciativas apostólicas, contagió a las jóvenes en formación. Era una mujer dinámica y laboriosa, se dedicó intensamente a los Centros de Apostolado Litúrgico: era la conductora siempre disponible para cualquier necesidad.
Recorrió hábilmente largas distancias, incluso de un estado a otro, como Brasilia, Río de Janeiro, Caxias do Sul y Curitiba. Con gran disponibilidad guiaba la Volkswagen Kombi-bus llena, tanto transportando personas como material litúrgico o alimento para las comunidades que se multiplicaban. Un dato sorprendente fue el ingreso de cinco jóvenes que entraron en el noviciado en la Comunidad de vía Vergueiro, en el barrio Villa Mariana, y el mismo día, fueron trasladadas a la futura casa de formación y apostolado, todavía sin terminar, en un gran terreno situado en la autopista Raposo Tavares. Hna. Gervasina, muy emocionada, después de haber colocado las maletas en la Volkswagen Kombi-bus, partió feliz el 8 de septiembre de 1962 con el grupo y la maestra de novicias: Madre Maria Cormarie Brugiolo.
Esta hermana muy dedicada ha estado siempre presente y ha participado en la fundación de las primeras comunidades y en las iniciativas apostólicas que se han desarrollado en tierra brasileña. Era evidente el impulso de fe y la generosa donación de las hermanas italianas, que nos animaron e involucraron en el sueño de nuevos sectores productivos, como Cerámica, Serigrafía, Revista de Liturgia, Exposiciones Litúrgicas, Animación Vocacional, etc… En todo esto, Hna. Gervasina estaba presente con amor y creatividad y estas características se evidenciaron también en las comunidades de Curitiba y Río de Janeiro, donde fue Responsable de Comunidad.
A pesar de las responsabilidades y la auténtica donación de esta hermana, ya con corazón brasileño, nos sorprendió la noticia de su traslado a la comunidad de las Pías Discípulas en Chile. Nos animó precisamente ella, que supo decir una vez más su generoso “sí”. Aceptamos su partida de Brasil conscientes de que era una llamada a servir a la Iglesia y a las necesidades de la Congregación, así Hna. Gervasina dio un salto de calidad y santidad en su celo misionero. El 4 de julio de 1985 saludamos a nuestra querida misionera, esperando que un día volviera a Brasil, pero, su Pascua definitiva la vivió en tierra chilena en 2022.
A esta querida hermana va nuestra inmensa gratitud… Ella “Semilla del Carisma y de la Misión orante y activa”, ¡interceda por todas nosotras, en la plenitud de las Bienaventuranzas! Para nosotras, hermanas brasileñas, queda la herencia de su fuerte testimonio de vida y de todo lo que ha construido con nosotras…
Chile (1985-2022)
Haciendo memoria de nuestra querida hermana Gervasina Potencia Reale…
Conocer y compartir la misión fue muy enriquecedor, ella transmitía el amor y la dedicación en todo lo que realizaba. Llegó a nuestra Delegación, a Santiago de Chile, en 1985, procedente de Brasil; a su llegada conocía muchas palabras en español, esto nos sorprendió y nos alegró mucho, se integró rápidamente en la Comunidad.
Pronto se adaptó y se entregó con alegría y disponibilidad a nuestra realidad, siempre atenta, generosa, disponible.
En la vida comunitaria, siempre se mostró responsable, amaba la paz, la armonía y ayudaba mucho a las hermanas jóvenes. Una persona recta con valores, humanos, cristianos, religiosos de Pía Discípula, era capaz de hacerse amar por todos: en la Capilla muchos fieles y nuestros familiares la recuerdan con mucho afecto. Se mostró siempre una hermana muy cercana y servicial, de profunda vida interior, fiel y feliz iba al encuentro de Jesús Maestro en los turnos de Adoración con su manto azul y expresándose con el canto, ¡le gustaba mucho cantar en latín!
En el apostolado litúrgico era muy generosa, creativa y precisa, nos animaba para que los escaparates fuesen cuidados armoniosos y hermosos; ¡utilizaba sus manos grandes y generosas como unidad de medida! En el CAL, los sacerdotes la estimaban mucho por su cercanía y por el apoyo que daba cuando pedían sugerencias, consejos y disponibilidad de artículos religiosos (tabernáculos, por ejemplo) a todo respondía con sabiduría transmitiéndoles todo el amor y la alegría por la liturgia.
Años después en el CAL de Concepción y Santiago, los sacerdotes piden de la “Hermana Chiquitita”, sin recordar su nombre, pero están muy agradecidos por lo que han recibido de ella, recordándola con afecto y gratitud. Amaba a la Armada, a los Carabineros y los llamaba “mis hermanos”, rezaba mucho por ellos, decía “necesitan ser recordados ante Jesús y María, porque están siempre dispuestos a ayudar y a menudo en peligro”.
El 18 de septiembre, día de la independencia de Chile en 1979, le encantaba ver el desfile militar en televisión. Ha prestado 50 años de su servicio como chófer en nuestra delegación guiando la Combi por exigencias apostólicas o de la casa, y para llevarnos de vacaciones al mar o a la Cordillera, lugares que ella amaba mucho.
Hna. Gervasina murió en Santiago el 11 de noviembre de 2022. Como hermanas de la Delegación Chile, estamos inmensamente agradecidas por su presencia entre nosotras, ella había decidido libremente permanecer a nuestro lado hasta la muerte. Ha sido, para cada una, un ángel luminoso capaz de acompañarnos en el camino. Nos falta físicamente, pero sabemos que hemos ganado, una gran intercesión en el cielo.