Historia
La experiencia eucarística que el seminarista Santiago Alberione vive en la noche de paso entre los dos siglos (1900-1901) es “decisiva para la específica misión y espíritu particular en el que nacería y viviría la Familia Paulina”.
En respuesta a la invitación evangélica: «Venid todos a mí», se siente obligado a prepararse para hacer algo por el Señor y por la humanidad de su tiempo, unificando todo en Cristo Maestro Camino, Verdad y Vida.
Cuando suena la hora de Dios, el padre Alberione se dedica totalmente al Apostolado de la Prensa, como confirmación de la llamada a la evangelización en las fronteras inexploradas del mundo de la comunicación. Abierto a los signos de los tiempos, asocia a la mujer en la diversidad y en la complementariedad de los carismas, para la vida y la misión de la Iglesia. Considerando la situación religiosa del mundo, en 1908 empieza a “rezar y a hacer rezar” por el nacimiento de una Familia religiosa “entregada totalmente a Jesús Divino Maestro presente en el Misterio eucarístico”
Guiado por el Espíritu Santo y confirmado por su director espiritual, el can. Francisco Chiesa, el padre Alberione en la memoria de santa Escolástica (10 de febrero de 1924), da comienzo, en Alba (Italia) a la Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro. Elige a Úrsula Rivata (1897-1987) para ser su colaboradora en Cristo. La llama con el nombre de Escolástica, que significa “discípula”, y le confía la primera comunidad de hermanas.
Nuestra Congregación se convierte en memorial de la experiencia carismática del Fundador: ora y trabaja para que la humanidad acoja, ame a Jesús Maestro y Salvador.
El 3 de abril de 1947, jueves santo, es promulgado el decreto de la aprobación diocesana. Nuestro carisma expresa más claramente su índole universal y su eficacia apostólica en la aprobación pontificia, concedida el 12 de enero de 1948 y ratificada definitivamente el 30 de agosto de 1960.