Hna. M. Paola Kurosaki
Sentar las bases de algo es fruto de un duro trabajo que no siempre es posible ver, se puede imitar, pero, el resultado depende de los sacrificios y de las fatigas ocultas…
Así fue para nuestras primeras hermanas, las que partían de la nada y ponían sus esperanzas en algo que no era visible, sin embargo, seguían adelante con valentía y sin dejar nunca de soñar…
Kane Maria nació el 25 de mayo de 1930 en Hirado, Nagasaki (Japón). Recibió el gran don del Bautismo a pocos días del nacimiento, el 28 de mayo. Desde su infancia fue educada con la formación cristiana, tanto dentro de la familia, como participando activamente en la vida de la parroquia, especialmente en el coro, donde contribuía con su hermosa voz.
Entró en la Congregación el 17 de julio de 1950 en Ozasa, Fukuoka, uniéndose al naciente núcleo de discípulas que llegaron a la tierra del Sol Levane el 2 de mayo del mismo año.
Cuando el Rev.mo Primer Maestro pidió a la Madre Maestra las Pías Discípulas para Japón escribía así: “Vayan las Pías Discípulas a adorar entre los setenta millones de sintoístas y de budistas”. […] “Es motivo de gran confianza haber iniciado nuestra misión en Japón al alba de mayo, mientras la Iglesia entera alaba a la Virgen. Ella sabrá ayudar a las primeras Hermanas a superar las dificultades inevitables en cada inicio y las hará preciosas para su apostolado” (Divino Maestro, junio 1950).
Entró en noviciado el 4 de mayo de 1953 en Kawaguchi, Saitama DM, formando parte del primer noviciado japonés: “El mismo Primer Maestro dio inicio a nuestro primer noviciado. Hay necesidad de orar, hay posibilidad de obrar, para que el Maestro Divino sea conocido, seguido, amado. El camino que nos facilita y asegura el logro de la meta es siempre el mismo, el más hermoso: María Santísima por María a Jesús” (Divino Maestro, mayo 1953).
Emite la Primera Profesión el 5 de mayo de 1954 en Kawaguchi, Saitama y los Votos Perpetuos el 5 de mayo de 1959 en Mitaka, Tokio DM. ¡Su camino de vida y consagración está marcado por la presencia de María, nuestra Madre y Maestra!
Con la preparación profesional en sastrería pone esta habilidad al servicio del apostolado, cuidando la perfección y la belleza de las vestiduras sagradas y de los vestidos clericales, que confeccionaba con diligente precisión. Trabajaba con inteligencia y creatividad, pero también con minuciosa atención a las necesidades de los sacerdotes y de los obispos; había aprendido a ofrecer las fatigas de su trabajo por las personas que usarían esas vestiduras, siempre con un gran ánimo apostólico.
Se puede decir que la caridad, don del Espíritu, presente en su corazón, se convertía en laboriosidad generosa, también en la habilidad de sus manos; alimentaba su vida interior en una intensa vida de oración eucarística, privilegiando las primeras horas del día.
Las hermanas testifican que no era raro encontrarla en la capilla incluso a medianoche. Ocupaba con provecho el tiempo y demostraba vivo amor a la Congregación.
Queda un querido recuerdo de lo que se vivió para la ordenación de P. Luca Kuwashima, el primer sacerdote japonés de la ssp. En aquella ocasión, todas las hermanas trabajaron juntas para preparar talares y ornamentos. Hna. M. Paola fundó una comunidad en Mitaka para iniciar el apostolado litúrgico y, después de trasladarse allí, recibió solicitudes de estolas y vestiduras de personas fuera de Yokohama, por lo que comenzó a trabajar seriamente en la producción de objetos litúrgicos. Había mucha demanda también de Nueva Zelanda, lo que la obligaba a menudo a desarrollar su apostolado hasta la medianoche.
No solo poseía una excelente capacidad de sastrería, sino también un sentido estético de la pintura, haciendo que todo lo que pasase por sus manos creativas, además de ser hermoso, también fuera fácil de usar y fácilmente adaptable a cualquier complexión.
Incluso delante de telas difíciles de coser, lograba terminar hasta en los detalles la prenda, de modo que fuera elegante… ¡Cuántas aspirantes y postulantes han aprendido a coser con ella!
Contribuyó mucho al desarrollo de nuestra misión, al inicio de la fundación en Japón y también en Corea (1968-1970); ¡el denominador común de su apostolado fue el trabajo de sastrería, del que a menudo es responsable, en varios laboratorios del mundo!
A raíz de su declive físico, en febrero de 2015 fue trasladado al Asilo Komatsubara en de Tokio (Japón), donde recibió los cuidados necesarios para su salud; aquí las hermanas tenían la posibilidad de visitarla regularmente y cada vez que se le ofrecía la posibilidad de recibir los sacramentos, manifestaba con gran entusiasmo su alegría.
Anciana, falleció el 20 de mayo de 2018, en la solemnidad de Pentecostés, a las 4.30 horas (hora local) en donde estaba hospitalizada desde 2015, ofreciendo todo en preparación al encuentro definitivo con el Maestro Divino. En las últimas dos semanas, fortalecida por la Comunión, por el Cuerpo del Señor, repetía a todos: “Arigatō (gracias)” y cantaba siempre, alabando a Dios hasta el final.
Sentía suyas las palabras de san Pablo: “Y todos nosotros, a cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en esa misma imagen, de gloria en gloria, según la acción del Espíritu del Señor” (2 Co 3,18) viviendo como una alianza personal con Jesús…
En presencia de Hna. M. Fiorella Asaho, Superiora provincial y de las hermanas, profesó y renovó los votos por última vez, entregando el último aliento y entregándose toda ella misma al Padre. Poco antes de su muerte, Sr. M. Fiorella le preguntó: “¿Qué estás viendo? ¿Jesús?” Ella le respondió con voz alta y clara: “Jesús está siempre conmigo, ¿por qué me lo preguntas?”.
¡Las hermanas de Japón repiten con ella y para ella: “Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…” y se encomiendan a su intercesión por la misión en su tierra y en la inmensa Asia!